Las religiones destruyen la espiritualidad puesto a que la gran mayoría de ellas pasan en debate y crítica unas con las otras. Esto se evidencia con personas de otras religiones las cuales se encierran en una doctrina muy extremista haciendo que sea casi imposible entrar en razón con ellos o que ellos entren en razón con nosotros; de esta forma se pierde el sentido real de la espiritualidad. Yo digo: Dios no es una religión, él nos quiere a todos por igual independientemente de nuestro credo religioso!
